
SOBRE MÍ
Este inesperado viaje comenzó cuando recurrí a las terapias alternativas el año 2012.
A pesar de tener una infancia feliz y una vida más o menos normal, siempre sentí que había algo dentro de mí que no me dejaba avanzar. Nunca pude encontrarle una explicación lógica, y cada cierto tiempo tenía crisis en las cuales me sentía muy depresiva, incomprendida y sin ánimo. También comencé a desarrollar diversos tipos de fobias. Al paso de los años, mis crisis eran más frecuentes, duraban más tiempo y eran más fuertes. Recurrí a psicólogos sin éxito, después a psiquiatras y durante este tiempo me sentí muy bien pues tomaba medicamentos y me aliviaban. Sin embargo, me sentía totalmente desconectada con mi interior. Era como estar en "modo zombie". No pensaba, no sentía, sólo vivía el momento. No quería depender de medicamentos por siempre y decidí dejarlos. Sólo quienes han pasado por esta experiencia pueden comprender lo difícil que es dejar este tipo de tratamientos.
El 2012 comencé a tratarme con Reiki y comenzaron cambios en mí. Después probé las Flores de Bach y la Sintergética. Todas estas terapias me ayudaron mucho aunque eran soluciones temporales. Aún seguía esa extraña sensación dentro de mí. Finalmente, llegué a la radiestesia y comprendí muchas cosas sobre mí. Supe que además de tener algunos problemas físicos debido a mi alimentación, parte de los problemas eran emocionales. Me diagnosticaron un tratamiento alimenticio y homeopático y me sentí muy bien. Fue tanto lo que me gustó que decidí aprenderlo. Con esto descubrí el origen de mis problemas los cuales venían principalmente de otras vidas. ¿Cómo podría ser capaz de saber que me pasaba si ni siquiera era consciente de que mis dolores no habían sido ocasionados en esta vida? Luego comencé a tratar pacientes con muy buenos resultados. Pero sentía la necesidad de aprender una terapia de sanación. Fue que el destino me llevó al Péndulo Hebreo. Y mi vida cambió para siempre. Después de un largo tratamiento, puedo decir que nunca más tuve crisis, todos mis dolores y sufrimientos desaparecieron. Fue difícil acostumbrarme a estar tan bien. Y es así que comencé a ayudar a otras personas.